Versión en español
Esta semana vamos a abordar un tema de gran relevancia en el mundo contemporáneo: La meritocracia. La meritocracia es un sistema que premia a las personas en función de sus méritos individuales, en lugar de su origen, raza, género o cualquier otra característica. Este concepto a menudo se asocia con la justicia y la equidad, ya que premia a las personas que trabajan duro y muestran talento. Sin embargo, también puede llevar a la desigualdad y la exclusión, ya que no todos tienen las mismas oportunidades para demostrar su mérito.
La meritocracia ha experimentado una serie de transformaciones a lo largo de la historia, adaptándose a los cambios en la sociedad y en los sistemas de valores. Actualmente, vemos cómo la meritocracia puede tener un impacto significativo en varios aspectos de la vida social, incluyendo la educación y el trabajo.
Hace unos meses, Guiu Xuclà Serés, mi compañero de trabajo que tuve el placer de conocer cuando me mudé a Barcelona, escribió lo siguiente en una publicación en su perfil de LinkedIn:
“Fue complicado enfrentarme al pensamiento (ni que fuera por momentos) de que mi éxito (y mis derrotas) poco dependían de mí y creo que solo por eso ya valió la pena preguntarme: ¿existe la meritocracia? ¿me he ganado esto que tengo? ¿me voy a ganar mi futuro? ¿cómo me sitúa esto respecto mis compañeros?”
Disfruté mucho de esta reflexión suya, porque a pesar de que no es un tema en el que me haya profundizado mucho, la verdad es que ya había pensado en él y en el impacto que tiene en la sociedad. Por eso, le invité a ayudarme a desglosar este tema y a responder algunas preguntas que tenía sobre el asunto y que creo que también puede ayudar al lector.
Guiu, es graduado en Biotecnología, con especialización en gestión y marketing en el sector farmacéutico. Es una persona curiosa, con un excelente espíritu crítico y abierta al desafío intelectual que una buena discusión puede traer. Me pareció la persona ideal para invitar a una entrevista en “Mesa de Amigos”. ¡Disfruten!
¿Como defines el “merito” y como crees que el concepto ha evolucionado a lo largo de la historia? ¿Estás de acuerdo con el concepto en toda su amplitud?
Es una pregunta extremadamente compleja que creo que nos podría llevar a discutir sobre ella durante mucho tiempo y me gustaría decir que no soy un experto en ello. Soy solamente un gran interesado después de haber leído a Sandel opinar y hablar sobre esta cuestión.
Para mí el mérito es creer que te has ganado aquello que tienes y te lo has ganado en base a tu trabajo y a tu esfuerzo. Creo que todos nos hemos criado en este contexto: tu estudias, tú te esfuerzas, tu trabajas con tesón y, finalmente, llega una recompensa. Esa recompensa no es fruto de la casualidad ni de la suerte, es el premio y el reconocimiento a todo ese esfuerzo depositado durante mucho tiempo. Hasta ahí, parece que todo normal… que todo nos suena bien. Hacemos una relación causa-efecto: si tú te esfuerzas mucho y lo haces muy bien, triunfarás. Subirás al ascensor social.
Eso sería cierto al cien por cien si fuéramos capaces de asegurar la igualdad de oportunidades, pero ¿podemos decir que vivimos en una sociedad que no solo lo intenta, sino que lo consigue? ¿vivimos en una sociedad que reparte a todo el mundo las mismas cartas al inicio del juego? Creo que es utópico pensar que eso es así.
¿Cuánto de lo que hacemos es suerte de clase? Creo que siendo conscientes y justos en el juicio de qué elementos te han llevado o no al éxito (lo que queramos que sea el éxito), seremos más empáticos. Al final, siempre es cuestión de self-awareness, a mi entender, y está claro, que no solamente es aquello que tú has hecho si no, como digo, tener consciencia de clase.
¿De qué manera crees que la actual visión sobre la meritocracia ha influenciado y impactado la sociedad y su cohesión?
Recuerdo que una de las cosas más duras que leí de Sandel fue la reflexión que comparte y es que, en algún punto, si creemos que con esfuerzo y tesón llegaremos a conseguir el éxito, aquellos que no lo consiguen les estamos diciendo: tú has perdido, pero no porque no hayamos sido capaces como sociedad de ayudarte a ganar, sino porque no te has esforzado suficiente. Tu derrota es solo culpa tuya y mis éxitos son solo mérito mío.
Esta reflexión que de un modo más o menos consciente tengamos o hayamos podido tener, culpabiliza a las personas que no han conseguido aquello que se proponen y pone el foco en el individuo, algo que creo que es común en nuestra sociedad.
Creo que cada vez pensamos menos en un contexto de comunidad y lo hacemos más como personas individuales cosa que enriquece a su vez esta sensación de que lo tuyo te lo ganas tú y lo que no eres capaz de conseguir, tus fracasos, son también siempre responsabilidad tuya.
Creo que la clave está en entender qué es el privilegio y cómo la educación, el entorno o algo tan sencillo como tener unos padres que han podido ayudarte a hacer los deberes o una habitación con silencio para poder estudiar, te ha ayudado a estar donde estás y, por lo tanto, ser empático con aquel que no tuvo lo mismo y no ha podido conseguir lo mismo.
Una vez somos conscientes de eso, creo que la mirada al prójimo se transforma. Tus éxitos pierden relevancia, la humildad crece en ti de un modo más claro porque te quitas importancia (cosa compleja en una sociedad como en la que vivimos) y estoy convencido de que el liderazgo que puedes ejercer desde esa perspectiva, con una mayor conciencia de clase también, se vuelve mucho más realista y empático.
¿Qué rol juega el sistema educativo en todo esto?
Creo que la educación es uno de los elementos claves de nuestra sociedad y son el eje vertebrador de esa igualdad de oportunidades que deberíamos perseguir. Puedo decir, que me siento afortunado de vivir en un país donde tenemos escuelas y universidades públicas de alto nivel. La Universidad de Barcelona, por ejemplo, ha aparecido bien posicionada en rankings de forma recurrente.
Podríamos discutir acerca de si las universidades o escuelas públicas, sobre todo lo primero, son públicas de verdad y si todo el mundo puede acceder a ellas, pero compartiremos que no nos encontramos delante de un sistema tan tremendamente agresivo como es el americano y su tan codiciada Ivy League, por poner su ejemplo más extremo.
En este sentido, subir al ascensor social podría parecer más sencillo en España que no en Estados Unidos, por ejemplo, pero auguro que esto no es suficiente ya que incluso en España seguimos sufriendo desigualdad y esa desigualdad estoy convencido de que impacta en las oportunidades que tenemos en el futuro. Está claro que un sistema educativo muy sólido y bien estructurado es un elemento fundamental para luchar contra esa desigualdad.
Dicho esto, también en España tenemos escuelas de negocios muy importantes con unos precios muy elevados y claramente con sistemas de becas insuficientes y que teóricamente preparan a los líderes del futuro. ¿Qué líderes pueden acceder a ese nivel educativo y, por lo tanto, qué visión del liderazgo vamos a tener? Eso lo dejo en tu mesa.
¿La tecnología y la globalización ha afectado también?
La tecnología y la globalización afecta en el sentido de que los mercados se vuelven globales y las oportunidades profesionales también, pero, probablemente, no diría que es el punto que impacta de una forma más radical en todo esto.
Antes teníamos eminentemente personas que emigraban por falta de oportunidades y eso se sigue manteniendo y aquí está el core de la desigualdad y la potencial falta de oportunidades para prosperar digamos, lo que pasa es que hemos incorporado la emigración y la deslocalización también en perfiles profesionales de mayor especialización. De algún modo, veo que son capas distintas de un pastel entero, por lo tanto, no creo que se mezclen entre ellas.
Con todo esto, lo que acabo diciendo es: ¿qué probabilidad hay de que una persona de un barrio muy humilde pueda llegar a ser un alto directivo? ¿Es posible? Coincidiremos en que, si la respuesta es que es muy complejo, no será porqué venga una persona de otro país y ocupe esa posición (que puede suceder) sino porque, probablemente, en realidad, por todo su recorrido vital, será altamente complejo que pueda conseguirlo. Y es ahí donde debemos poner el foco.
¿Desde tu perspectiva qué políticas podrían promover un equilibrio más justo entre el mérito individual y el bienestar colectivo?
Honestamente no me siento preparado para responder esta pregunta. Solo puedo compartir en este punto que para mi lo más importante es tener consciencia de clase, autoconocimiento y humildad.
Creo que, con una visión más honesta de uno mismo, seremos más generosos, más humildes y ayudaremos más a aquellos que tenemos a nuestro lado porque seremos, en el fondo, más conscientes de lo afortunados que somos.
Versão em português
Esta semana vamos abordar um assunto de grande relevância no mundo contemporâneo: a meritocracia. A meritocracia é um sistema que recompensa pessoas com base nos seus méritos individuais e não na origem, raça, gênero ou outra qualquer característica. Este conceito é geralmente associado à justiça e igualdade, pois recompensa as pessoas que trabalham mais e demonstram talento. No entanto, também pode levar à exclusão e desigualdade, uma vez que nem todos têm as mesmas oportunidades para provar o seu mérito.
A meritocracia tem experimentado uma série de transformações ao longo da história, adaptando-se às mudanças na sociedade e nos sistemas de valores. Atualmente, conseguimos ver como a meritocracia pode ter um impacto significativo nos vários aspectos da vida social, incluindo a educação e o trabalho.
Há uns meses atrás, Guiu Xuclà Serés, colega de trabalho que tive o prazer de conhecer quando me mudei para Barcelona, escreveu o seguinte numa publicação no seu perfil do LinkedIn:
“Foi complicado enfrentar o pensamento (mesmo que em momentos) de que o meu sucesso (e as minhas derrotas) pouco dependiam de mim e acho que só por isso já valeu a pena perguntar: a meritocracia existe? Consegui tudo o que tenho? Vou conseguir o meu futuro? Como é que isso me posiciona face aos meus colegas?”
Eu apreciei bastante a reflexão que ele fez, porque, apesar de não ser um assunto que tenha ainda aprofundado muito, a verdade é que eu já tinha pensado sobre ele e sobre o impacto que tem na sociedade. Por isso, convidei-o a ajudar-me a desvendar este tema e responder a algumas perguntas que tinha sobre o assunto e que acredito também possa esclarecer o leitor.
Guiu é formado em Biotecnologia, com especialização em gestão e marketing no setor farmacêutico. É uma pessoa curiosa, com excelente sentido crítico e aberta ao desafio intelectual que uma boa discussão pode trazer. Pareceu-me por isso a pessoa ideal para convidar para uma entrevista no “Mesa de Amigos”. Espero que gostem!
Como defines o “mérito” e como achas que o conceito evoluiu ao longo da história? Concordas com o conceito em toda a sua amplitude?
É uma pergunta extremamente complexa que acredito poderia levar-nos a discutir sobre isso por muito tempo. Eu gostaria de começar por dizer que não sou um especialista no assunto, sou apenas um grande interessado após ter lido e ouvido Sandel a partilhar as suas ideias sobre esta questão.
Para mim, o mérito é acreditar que ganhaste aquilo que possuis com base no teu trabalho e esforço. Acho que todos fomos criados neste contexto: estudamos, esforçamo-nos, trabalhamos com afinco e, finalmente, chega uma recompensa. Essa recompensa não é fruto do acaso nem da sorte, é o prémio e o reconhecimento de todo o esforço investido durante muito tempo. Até aqui, parece tudo normal…tudo soa bem. Fazemos uma relação causa-efeito: se te esforçares muito e fizeres tudo muito bem, irás triunfar. Irás subir no elevador social.
Isso seria cem por cento verdadeiro se conseguíssemos garantir igualdade de oportunidades. Será que podemos dizer que vivemos numa sociedade que não só tenta, mas consegue? Vivemos numa sociedade que dá ao mundo as mesmas cartas no início do jogo? Acho que é utópico pensar que seja mesmo assim.
Quanto do que fazemos é apenas sorte da classe social onde nos inserimos? Acredito que se formos justos e conscientes na análise dos elementos que nos levaram ou não ao sucesso (o que queremos que seja o sucesso), conseguiremos ser mais empáticos. No final, é sempre uma questão de autoconhecimento, na minha opinião, e está claro, que não é só o que tu fazes, mas como digo, é ter consciência da classe social em que nos inserimos.
De que maneira acreditas que a atual visão sobre a meritocracia influenciou e impactou a sociedade e a sua coesão?
Lembro-me de uma das passagens mais duras que li de Sandel, onde ele partilha uma reflexão em que, se em algum ponto acreditamos que com esforço e resilência alcançaremos o sucesso, então significa que para aqueles que não o conseguem, lhes estamos a dizer: tu perdeste, mas não porque nós, como sociedade, não fomos capazes de te ajudar a ganhar, mas porque tu não te esforçaste o suficiente. A tua derrota é somente culpa tua e os meus êxitos são somente mérito meu.
Esta reflexão de uma forma mais ou menos consciente sobre o sucesso que temos ou poderíamos ter tido, culpa as pessoas que não conseguiram aquilo a que se propunham e coloca sempre o foco no indivíduo, algo que eu acredito que seja comum na nossa sociedade.
Acredito que neste contexto cada vez pensamos menos numa perspectiva comunitária e cada vez mais como individuos, o que realça ainda mais sensação de que o que é teu, é teu porque tu conseguiste e o que não foste capaz de conseguir, todos os teus fracassos, são sempre responsabilidade tua.
Acredito que a chave é entender o que pode ou não ser um privilegio e como é que a educação, o contexto ou algo tão simples como ter pais que puderam ajudar-te a fazer os trabalhos de casa ou teres um quarto silencioso onde podias estudar, te ajudaram a estar onde estás e, portanto, ser empático com aqueles que não tiveram o mesmo e não conseguiram o mesmo que tu.
Uma vez conscientes disso, acredito que a forma como vemos o próximo se transforma. Os teus êxitos perdem relevância, a humildade cresce em ti de uma forma mais clara, porque tiras a tua própria importância (algo complexo numa sociedade como a que vivemos) e estou convencido de que a liderança que poderás exercer a partir desta perspectiva, com uma maior consciência da tua classe social, se torna muito mais realista e empática.
Qual o papel do sistema educacional em tudo isto?
Acredito que a educação é um dos elementos chave da nossa sociedade e são o eixo estrutural da igualdade de oportunidades que deveríamos ter. Posso dizer, que sou um priviligiado por viver num país onde temos escolas e universidades públicas de elevada qualidade. A Universidade de Barcelona, por exemplo, tem aparecido sempre bem posicionada em rankings de forma recorrente.
Poderíamos discutir se as universidades ou escolas públicas, principalmente as primeiras, são realmente públicas e se todos podem aceder a elas, mas estamos conscientes que não nos encontramos perante um sistema agressivo como é o americano e a sua tão cobiçada Ivy League, citando o exemplo mais extremo.
Neste sentido, pode parecer mais simples ascender no elevador social em Espanha do que nos Estados Unidos, ainda assim prevejo que isso possa não vir a ser suficiente no futuro, já que mesmo em Espanha continuamos a sofrer de desigualdade e essa impacta as oportunidades que podemos vir a ter no futuro. Está claro que um sistema educativo sólido e bem estruturado é um elemento fundamental para lutar contra essa desigualdade.
Dito isto, também em Espanha temos escolas de negócios importantes, que teoricamente preparam os líderes do futuro, mas que têm preços muito elevados e claramente com sistemas de bolsa insuficientes. Que líderes podem aceder a esse nível educativo e, portanto, que visão de liderança podemos vir a ter? Isso deixo no teu lado, para discutir e refletir.
A tecnologia e a globalização também afetaram?
A tecnologia e a globalização afetam no sentido em que os mercados se tornam globais e as oportunidades profissionais também, mas, provavelmente, eu não diria que é o ponto que impacta isto de forma mais radical.
Antes tínhamos predominantemente pessoas que emigravam por falta de oportunidades, isso continua e é aqui que está o cerne da desigualdade e da potencial falta de oportunidades para prosperar. O que acontece é que incorporamos a emigração e a deslocalização também em perfis profissionais de maior especialização e de alguma forma, vejo que são camadas diferentes de um bolo inteiro, por isso, não acredito que se misturem entre si.
Com tudo isto, o que acabo a dizer é: qual é a probabilidade que uma pessoa de um bairro muito humilde tem em se vir a tornar em alguém que exerce um alto cargo executivo? É possível? Concordaremos que, se a resposta for que é muito complexo, não será porque uma pessoa de outro país veio e ocupou essa posição (que pode acontecer) mas porque, provavelmente, na realidade, por todo o seu percurso de vida, será altamente improvável que consiga fazê-lo. E é aí que devemos colocar o foco.
Na tua perspectiva, que políticas poderiam promover um equilíbrio mais justo entre o mérito individual e o bem-estar coletivo?
Honestamente, não me sinto preparado para responder a esta pergunta. Só posso partilhar que para mim o mais importante é ter consciência da nossa classe social, autoconhecimento e humildade.
Acredito que, com uma visão mais honesta de nós mesmo, seremos mais generosos, mais humildes e ajudaremos mais aqueles que temos ao nosso lado porque seremos, no fundo, mais conscientes do quão afortunados somos.
Escrito a 15 de abril de 2024 por Sérgio Brandão
Para os mais curiosos:
A Tirania do Mérito: O que aconteceu ao bem comum? de Michael J. Sandel